Los tiempos cambian y, con ellos,
las indirectas, sobre todo en la era de la tecnología.
Aquí algunos ejemplos:
- Estar
con el celular mientras hablas con alguien en persona = “Soy un(a)
irrespetuos@
de porquería” y/o “no me importa un carajo lo que me estás hablando”
- Check en chat de
Facebook sin respuesta = “Te leí, pero más me interesa la mosca que pasa
por mi cabeza”
- “Leí tu post/tweet
del 03/02/12 y me encantó” = “Te stalkeo porque te amo”
- En Twitter =
“Detesto a la chica de mi trabajo que se sienta a mi lado y se ríe como
caballo”
- “¡Hola! J” = “Te amo. Cásate conmigo. Tengamos miles de
hijos y vivamos en una galaxia donde no llegue la música de los
Wachiturros ni Justin Bieber”
- “¡Hola, Pancracia!
¡A los años!” = “Te saludaré, te haré recordar que te conozco y luego te
pediré un favor”
- “Hola” = “No
quisiera hablarte ni responderte, pero, como estoy aburrid@, lo haré”
- “Hola…” = “¿Tú otra
vez? ¿Ahora qué quieres?”
- Jajajaja = “Me
hiciste el día”
- Jajaja = “Te ligó
una. ¡Buena!”
- Jaja = “Vamos;
sigue. Sé que puedes hacerlo mejor”.
- Ja = “Por favor,
mátate”.
- El nombre de tu wifi
= “Deja de robarte mi red”, “¡paga tu internet”, “tu flaca está aquí
mientras tú me robas el wifi”
- Audífonos puestos = “Estoy en mi burbuja; no me jodas por nada del mundo. Si me los quito, más vale que lo que me vayas a decir sea bueno”.
Ciertamente, decir las cosas en la cara siempre será lo "más adecuado", pero hasta que no nos libremos del síndrome del Chico del Pórtico, no veo por qué estos medios no pueden ser usados.