Probar una nueva posición sexual.
Putear a esa persona que tanto se lo merece.
Escuchar esa canción que olvidaste que existía.
Satisfacer ese antojo de hace meses.
Hacer lo que dejaste ayer. Y antes de ayer. Y el día antes.
Súbele el volumen a la música (satánica).
Reír hasta orinarte encima.
Apagar el celular.
Bailar como si nadie te estuviera viendo.
Prueba algo nuevo.
Y, mi favorito, visitar de manera sorpresa a los abuelos.