miércoles, 16 de enero de 2019

Las típicas hermanas

Nunca fuimos las típicas hermanas confidentes ni las que compartían todo, salvo algunos juguetes y la ropa (y el cuarto hasta los veintitantos, cómo olvidarlo). No fuimos mejores amigas ni tampoco las que paran todo el día juntas.

Pero, creo, teníamos y tenemos algunas cosas que, aunque son comunes en muchas hermanas, también nos hacen especiales:
  • Terminar la frase de la otra o decir las cosas al mismo tiempo
  • Conocer los gustos de la otra casi sin dudarlo
  • Compartir la ropa (aunque ahora vivamos lejos)
  • Hacer bromas internas sobre nuestros papás
  • Respetar la opinión de la otra aunque no necesariamente estemos de acuerdo
  • Lucir atuendos horribles cuando éramos niñas
Pero, sobre todo, emocionarnos por las cosas que le pasa a la otra.

Yo cuando se graduó del colegio; ella cuando terminé la universidad después de mucho esfuerzo. Yo cuando abrió su negocio; ella, cuando yo abrí el mío unos años después. 

Yo cuando usé 1 de mis 12 uvas como cábala pidiendo que Miguel y ella den el gran paso. Yo cuando se comprometieron al día siguiente. Yo el día de su matri civil cuando quise decirles algo y las palabras no me salían. Yo el día de su matri religioso cuando la vi entrar a la iglesia del brazo de mi papá.

Yo ahora, sin motivo aparente, pero emocionada por todo lo bueno que se te viene, hermanita del alma.

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