Nunca fuimos las típicas hermanas confidentes ni las que compartían todo, salvo algunos juguetes y la ropa (y el cuarto hasta los veintitantos, cómo olvidarlo). No fuimos mejores amigas ni tampoco las que paran todo el día juntas.
Pero, creo, teníamos y tenemos algunas cosas que, aunque son comunes en muchas hermanas, también nos hacen especiales:
- Terminar la frase de la otra o decir las cosas al mismo tiempo
- Conocer los gustos de la otra casi sin dudarlo
- Compartir la ropa (aunque ahora vivamos lejos)
- Hacer bromas internas sobre nuestros papás
- Respetar la opinión de la otra aunque no necesariamente estemos de acuerdo
- Lucir atuendos horribles cuando éramos niñas
Pero, sobre todo, emocionarnos por las cosas que le pasa a la otra.
Yo cuando se graduó del colegio; ella cuando terminé la universidad después de mucho esfuerzo. Yo cuando abrió su negocio; ella, cuando yo abrí el mío unos años después.
Yo cuando usé 1 de mis 12 uvas como cábala pidiendo que Miguel y ella den el gran paso. Yo cuando se comprometieron al día siguiente. Yo el día de su matri civil cuando quise decirles algo y las palabras no me salían. Yo el día de su matri religioso cuando la vi entrar a la iglesia del brazo de mi papá.
Me encantó; únicas y hermosas.
ResponderEliminar¡Gracias, Cheli!
EliminarSi hay algo que no podré olvidar fue lo del civil :)
ResponderEliminarOoow <3
EliminarLindas hermanitas!
ResponderEliminar¡Gracias! :)
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