martes, 14 de abril de 2020

Bucle eterno

Todavía recuerdo que, el viernes antes de que todo comenzara, nos reunimos en casa de la Mamina como solemos hacerlo todos los viernes. En las noticias ya se hablaba de un virus que estaba afectando a muchas personas en Europa y que poco a poco estaba llegando a Perú, por lo que mis tíos anunciaron que ese día deberíamos saludarnos con los codos y no darle besos ni abrazos a la Mamina. 

Mi primera reacción fue "no sean tontos. Es solo un virus ridículo y no me va a impedir darle un beso a mi abuela". Pero de ridículo no tenía nada ese virus. 

Admito que nunca he sido de ver muchas noticias, por lo que los cambios y las restricciones que vinieron casi las sentí de la noche a la mañana.

En pocos días se cayeron los planes que tenía y me sentí lejos de todo y de todos, pero lo que más me chocó fue darme cuenta de que no iba poder ver a mi familia ni trabajar hasta nuevo aviso Lo primero me dio tristeza; lo segundo, cólera y tristeza.

Me costó tanto encontrar algo que de verdad me apasionara en el ámbito laboral que me puse engreída y me molesté con todos, sin que nadie tuviera la culpa. Pero respiré profundo, dejé eso de lado y vi lo que sucedía a mi alrededor.

Y me vi rodeada de testimonios de otros emprendedores (y luego de empresas grandes) anunciando el cierre de sus operaciones hasta nuevo aviso, del presidente apareciendo todos los días en televisión pidiendo a todos quedarnos en casa, de videos y fotos de gente tan egoísta haciendo absolutamente todo lo que el Estado pide -hasta ahora- no hacer (usar el carro, salir acompañado o salir para cojudeces como correr una vuelta a la manzana), de peticiones (y casi ruegos, totalmente comprensibles) de personal de salud para que la gente entienda, de una maldita vez, que tiene que quedarse en sus casas.

Ya son dos veces en que se ha aplazado la cuarentena y no sé si habrá una tercera. El encierro ya no me choca como antes, pero aún tengo días en que siento que me apago y no sé cómo prenderme de nuevo. Extraño trabajar, abrazar a la familia y reunirme con los amigos. Me frustra no tener la libertad de salir porque aún hay gente que todavía no la capta y me frustra estar en un bucle eterno donde todos los días parecen domingos.

Me frustra que a veces no tenga ánimos de hacer nada, pero poco a poco, gracias al consejo de alguien muy cercano y especial para mí, me permito estar así. Porque se vale no tener la sonrisa Colgate todo el tiempo y querer chorrear todo el día. Se vale porque sé que esto no será eterno y porque siento que le falta poco para acabar.

También siento que, como suelo pecar de ingenua, de lo malo debo rescatar lo bueno y darme cuenta de qué es lo que estoy aprendiendo en esta cuarentena: qué es lo importante y lo (im)prescindible y cómo yo, un ser humano común y corriente, puedo ayudar a cambiar un poco el mundo.

Porque tengo clarísimo que las cosas no volverán a ser como antes, pero sí sé que serán mejores (o eso quiero creer).

8 comentarios:

  1. Lindooo <3 Ánimo Cavag, esto ya pasará pronto.

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    1. ¡Gracias, Chavez! Ya nos veremos prontito, en mejores tiempos :)

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  2. Justo ayer te leí en Twitter que estabas bajas de ánimos y créeme que a todos nos pasa, pero acá estamos para lo que necesites :)

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    1. ¡Hola, Serch! Muchas gracias por darte el tiempo de comentar :)

      1. Gracias <3 Me gustaría escribir más seguido.
      2. Sííí, desde que tengo memoria nos juntamos los viernes. Si no lo hacemos, como que me descuadro y pierdo la noción del tiempo XD
      3. Fue difícil, pero sabía que valdría la pena.
      4. Jajaja El zumba es lo máximo y me divierte bastante. Ahora en casa estoy haciendo baile y abdominales para variar un poco.
      5. No sé cómo hacerlo :( Aprendiendo aún.
      6. Me alegra leer eso :)
      7. Disfrutaaa! (y si puedes, sigue comentando, jeje)
      8. Me encanta!! Empecé a las 11 am y aún sigo. Voy a la mitad y estoy que apunto todo (me hubiera gustado tener flores para poner en práctica lo que estoy aprendiendo, pero ya será más adelante).
      9. Me gusta el pan y las pastas, jajaja

      Gracias nuevamente :) Un abrazo!

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  4. Que lindo escribes, y que bien que uses tu talento para rescatar lo bonito de lo que está ocurriendo. Suelo usar el tw para chacota, escapar del "domingo eterno" y no se me había ocurrido que encontraría algo tan nutritivo emocionalmente.
    Ahora entiendo de dónde salen esos postres que me abren el apetito a las 3 de la mañana y la jovialidad con la que interactúas con tus seguidores
    Eres una gran chica Alexandra . .

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    1. ¡Hola, Hanz! Voy a seguir con los postres (y a ver si me animo a preparar algo salado, pero lo más sencillo posible). Gracias por tu comentario :)

      pd: soy Alessandra, jeje

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