Estás sol@ en tu casa, haciendo lo tuyo o descansando en tu cama (y soñando con Ryan Gosling o Milla Jovovich, mis dos amores platónicos de toda la vida) cuando algo interrumpe tu tranquilidad: un ruido. No lo suficientemente fuerte como para salir disparad@ desde donde estás, pero sí como para dejar lo que estás haciendo. En ese momento, piensas en una sola palabra: “ladrones”.
Entras en pánico, te pones en modo Gasparín y te quedas estátic@, esperando con atención qué pasará a continuación. Y es aquí en donde tu mente comienza a funcionar a mil por hora.
No se escucha ni mierda… ¿Y si ya mataron a toda mi familia? ¡Yo soy el/la siguiente! ¡No quiero morir, por favor! ¡Me faltan tantas cosas por hacer! ¡Aún debo salvar a todos los niños de África, decirle de una buena vez a mi ex que con mi mano la paso mejor, ir a un crucero por el Caribe, robar un banco, confesarle que me muero por él/ella desde hace años, incendiar la universidad, mandar al carajo a mi jefe y decirle en su cara que es una perra por meterse con todos mis amigos! ¡¿Qué hago?! Al carajo todo… Seré valiente de una puta vez y enfrentaré sin ningún probl-- ¡¡¡OTRO RUIDO; YA VIENEN POR MÍ!!! Contrólate, maldita sea. Levántate y afronta lo que hay afuera…
De modo que te levantas, escoges tu súper y poderosa arma (o sea, lo primero que encuentras, ya sea tu frasco de shampoo o una regla), te armas de valor y sales a desafiar lo que te espera al otro lado.
Ágil como una gacela, rápid@ como un(a) ninja e intrépid@ a más no poder (según tú, porque la verdad es que estás a punto de mearte encima por el miedo), recorres toda tu casa en busca de aquel ruido que te perturbó en un inicio. Y cuando menos te lo esperas, te das cuenta de que el causante del ruido está ahí, a tan solo unos centímetros de donde tú estás.
Alzas el brazo, te preparas para pelear como macho y, en el peor de los casos, morir como un(a) héroe cuando te das cuenta de que el causante de todo el papelón que estás haciendo (aceptémoslo) es nada más y nada menos que tu gato o el viento.
Indignad@ y, a la vez, aliviad@, mandas al carajo tu imaginaria aventura y regresas a lo que estabas haciendo.
Increíble todo lo que imaginamos al escuchar un ruido, ¿no?
jajajajajaja desubicada te hiciste una!!! creeme que aun me falta y que tengo que cumplir casi los mismos propósito que tu!!!
ResponderEliminarJAJAJAJAJA... cierto, lo peor es estar solo cuando pasa eso xD
ResponderEliminar@Hans Jajaja ¡Gracias! Tenemos para rato, felizmente ;)
ResponderEliminar@Leusemiko ¡Es horrible! Estás al borde de un paro cardíaco.
ResponderEliminar