El escenario era este: sábado en
la noche, empijamada y metida en la cama. Acababa de terminar de ver American Psycho cuando entré a Youtube
para buscar una canción del soundtrack.
Y entre hueveada y hueveada, no sé cómo, pero terminé viendo videos de Axé Bahía
y Exporto Brasil.
Me gustaría decir que solo vi un
video de cada grupo y que luego me fui a dormir, pero mi mamá me enseñó que es
malo mentir.
No solo terminé viendo los videos
de todas las canciones que conocía de ellos, sino que terminé bailando sus más
pegajosas y ridículas coreografías por casi tres horas. Terminado este trance,
me tomé un momento para pensar en las modas que seguimos en algún momento y que
ahora nos da vergüenza recordar (a menos que alguien lo haga primero).
Los integrantes de Axé Bahía
cantaban hasta el perno y los de Exporto Brasil eran más descoordinados que
abuela y nieta caminando, pero algo había en ellos que hacía que perdieras el
roche de bailar como retrasado y mostraras tus habilidades en la pista de baile
pero, ojo, siempre y cuando alguien más lo hiciera (porque tú no tenías ni
tienes la iniciativa de comenzar a bailar sus canciones, pero si alguien más lo
hace, ya qué chucha).
Nos amarrábamos la casaca a la
cintura para evitar la molestia de llevarla en brazos, pero sin saber que se
veía como si lleváramos un pañal manchado.
Las mujeres nos dejábamos
mechones para que nos cubra la cara o nos poníamos ganchos de flores en el pelo
porque creíamos que esto nos hacía ver más bonitas y lindas.
Hacíamos la señal de la paz en
las fotos porque se veía chévere y porque queríamos que la gente pensara que
deseábamos la paz mundial.
Veíamos las estupideces de reality shows de VH1 para rajar con los
demás, pero veíamos estos programas en secreto porque de verdad nos gustaban
(me pasó con Flavor Flave y I love New York, ídola).
Lo más valiente y peligroso que
hacíamos era tocar los timbres de las casas de desconocidos e irnos corriendo.
Y nos sentíamos todos unos delincuentes al hacerlo.
Usábamos overoles y nos
convertíamos en la versión granjera de Chucky.
Con 5 soles nos sentíamos millonarios
y dejábamos lo que estábamos haciendo para reventar las burbujas de plástico
cuando llegaban a casa.
Esperábamos ansiosos la revista
de Cable Mágico con su programación para ver qué día y a qué hora daban nuestro
programa o película favoritos.
Y así seguirán pasando nuevas
modas y nos seguiremos avergonzando de estas, de las personas que algún día nos
gustaron o besamos, de la música que alguna vez escuchamos, de los programas
que alguna vez vimos. Y de nuestra vida misma.
Dios! Por un momento ya estaba moviendo las caderas sólo de pensar en Axé Bahía...jajaja! :D :D
ResponderEliminarSaludos!
Jajaja Me pasó lo mismo :P En verdad tenían canciones muy pegajosas!
EliminarA mi tmb me encantaban las cancione s de axe bahia! Aunke tienes razon, no bailaria sus cacniones por iniciativa propia, sino si alguien mas lo hace primero :P
ResponderEliminarJajaja Una vez me pasó eso en Help. Pusieron una canción de ellos y quería bailar, pero no me atrevía. Luego un amigo empezó a bailar y se me fue el roche :P
Eliminar"Usábamos overoles y nos convertíamos en la versión granjera de Chucky".
ResponderEliminarEsa parte me mató, ja ja ja ja. Buen post!
:P
EliminarGracias, Melissa!
Yo todavía me amarro la casaca a la cintura :P
ResponderEliminarSecccsi.
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