El sábado pasado, acompañé a mi papá a una actuación de su colegio por la celebración de los 75 años de la comunidad italiana (o algo así).
Y mientras salían a “bailar” los critters del colegio disfrazados de abejas, yo me puse a jugar con el tiempo (tampoco es que la actuación haya estado entretenidísima).
Comencé divagando, pensando en lo rápido que se pasa el tiempo y en cómo, a veces, no nos damos cuenta o no lo sentimos.
Miré a mi derecha, a mi papá, y retrocedí, mentalmente, 46 años, época en la que mi padre contaba con 7 años. Me lo imaginé sin bigote (claro) y con muchos menos centímetros y kilos en su cuerpo, actuando en ese mismo escenario, con un disfraz adorable y música de la época de fondo, para mi Nono –vivo en ese momento– y para la Mamita Leti –con menos locura en su interior–. Sonreí y sentí una lágrima formándose en mi glándula lagrimar (o donde chucha se formen las lágrimas).
Luego me imaginé a mí misma con 7 años, actuando en el escenario del auditorio de mi colegio, con mis papás y demás familia viéndome hacer el ridículo. Miré de nuevo a mi papá y dije, en silencio, "seguro él está pensando lo mismo que yo". Volví a sonreír y sentí la lágrima amenazando con caer.
Finalmente, me centré en mí. En cómo, en ese momento (a mis 21 años y en el 2011), me encontraba viendo la actuación de hijos de desconocidos, y que quizás la próxima vez que pisara el auditorio de un colegio sería para ver la actuación de mis propios hijos. Sonreí y la lágrima cayó.
Y en el carro, camino de regreso a casa, le comenté a mi papá lo que había estado pensando toda la noche: “Qué rápido se pasa el tiempo, ¿no, pá?”
“Demasiado, hija –me respondió él, tomándome la mano–. Demasiado”.
Sabía que él también había estado pensando lo mismo.
A veces no hacen falta eventos epocales, hay pequeñas cosas que marcan el pasar del tiempo y de las generaciones; lo que acabás de contar es una de aquellas.
ResponderEliminarQué manera de llegar al profundo del alma...
@Charlie De acuerdo contigo :) ¡Gracias por leer y comentar! :)
ResponderEliminarQue hermoso Ale. Nada más que decir
ResponderEliminar@Galactica Muchas gracias :)
ResponderEliminarUna vez una amiga muy espiritual, me dijo que el hombre no entendía el tiempo. Que siempre trata, pero que no esta hecho para entenderlo, para percibirlo. Y LE CREÍ.
ResponderEliminar@David ¿No está hecho para entenderlo ni para percibirlo o sí para lo segundo?
ResponderEliminarEl tiempo se congela para aquellos que han aprendido a vivir sus recuerdos y no a vivir de ellos.
ResponderEliminarDivino *-* Yo traté de imaginarmelo a mi papá de chico, lo unico que debo hacer es ponerme bigotes(?)
ResponderEliminarCuando eres niñ@ parece que el tiempo va lento, cuando creces ya ni te alcanza el tiempo.
ResponderEliminarRecordaras esa imagen cuando tengas desubicaditos.
Se siente una nostalgia u.u
@Daniel Muy cierto.
ResponderEliminar@Coraline Gracias :) ¿Por qué tú con bigotes?
@Maxwell ¡Siempre lo he pensado! Ni modo; hay que aprovechar el tiempo ;)
Pasa tan rápido como parpadear :)por eso hay que vivirlo
ResponderEliminar@Gianella Precisa ;)
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