lunes, 15 de octubre de 2012

Broche de oro

Hace 5 años que salí del colegio. 5 años desde que vi a muchas de mi promoción en un mismo sitio y 5 años desde que dejamos el uniforme y nos preparamos para el futuro para ahora vivir el futuro.

El 13 de octubre del 2012, llegué al colegio esperando lo peor: las más chibolas mirando a sus mayores con mala cara, las intermedias observando cada detalle de sus víctimas (quién engordó, quién dejó de ser el patito feo para convertirse en cisne, quién triunfó en este lapso y quién no ha cambiado ni un carajo) y las mayores recordando sus travesuras escolares y comparándose entre promociones.

Felizmente, la realidad estuvo bastante distante. Con lo que me encontré en aquel lugar que me acogió por 11 años fueron caras desconocidas de todas las edades –felices de reencontrarse con sus amistades–, señoras tomadas de la mano porque caminar solas les costaba trabajo, embarazadas e interesadas en que se cogían la panza, figuras que se paseaban de mesa en mesa para saludar y otras que se quedaban en un solo sitio con ganas de irse ya.

El ambiente, dejando de lado la decoración, era excelente. Y como ya lo temía, el bichito de la nostalgia y melancolía (ese maldito lisiado) llegó para quedarse conmigo por el resto del día (¿cuándo será el día en que las vuelva a ver? ¿Cómo me veré cuando cumpla 25 años desde que salí del colegio? ¿Cuántas llegarán a las bodas de oro?).

Luego de los sorteos, del desfile de las exalumnas que ese día cumplían bodas de plata y bodas de oro, de la canción entonada por todas las presentes, del almuerzo con toques alemanes, del bailetón de las ursulinas (con invasión de mi promoción en el escenario) y de haber ido tres veces al baño, el síndrome de la vejiga flácida había comenzado.

Salimos del colegio en mancha y en menos de media hora estábamos casi todas en la casa de Crica. Tenía dos horas para recordar y cagarme de risa, porque a las 9:30 tenía una cita. Luego de un vaso de Coca Cola y otro de Sprite (juro que sólo fueron dos vasos), mi vejiga estaba completamente fuera de control, haciéndome ir al baño unas cinco veces en menos de una hora.

Llegadas las nueve, me preparé para salir, no sin antes ir al baño por última vez (“por si las huevas”, pensé). El plan era salir de San Isidro, pasar por San Borja para dejar a Ximena en su casa y luego ir a Miraflores. Pero a mitad de camino supe que algo iba a salir mal.

- Creo que quiero ir al baño de nuevo.
- ¿No fuiste al baño antes de salir, Cavag?
- ¡Sí fui! Pero ya conoces mi vejiga… No sé qué le pasa. Sólo tomé dos vasos en la casa de Crica y fui varias veces al baño. Y justo fui antes de salir.
- Ve a que te revisen. En serio te lo digo.
- De eso me encargo después. Chavez, ahora estoy segura: NECESITO ir al baño. No la hago hasta Miraflores ni cagando. Te dejo y voy al baño en tu casa, ¿ya?
- Ya, no te preocupes. Con tal de que aguantes...
- Puta madre, ¡no aguanto! ¡CARAJOOO, ME VOY A ORINAR ENCIMA! Chavez, ni siquiera la hago a tu casa. ¡Tengo que parar en la mía yaaa!
- ¡Aguantaaa!

Lo que vino a continuación pasó en cuestión de segundos. Recuerdo haber manejado rápidamente (con el temor de chocar con algo o alguien), estacionado afuera de mi casa de la peor manera, salir de mi carro con la vejiga a punto de explotar, abrir la puerta, correr por el garaje y pisado los primeros escalones cuando todo había acabado: a mis 22 años, acababa de orinarme encima por segunda vez en mi adulta vida, como para cerrar la noche con broche de oro.


Medio salón en casa de Crica

En el colegio, luego del almuerzo

Con Ximena, mejores amigas desde 5° primaria

Con la Frau Brigitte, directora del colegio

Así estuve: tan cerca y tan lejos

4 comentarios:

  1. Eso del "broche de oro", ¿tiene que algo que ver con "lluvia dorada"? Confirma please.

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    1. Claro. Todo está estratégicamente escrito de determinada forma ;)

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  2. Habla desubicada! Que bonito las reunas de promo, en noviembre siempre organizamos...ya los veo.!

    Tu estás grave! cómo por dos vasos te vas a orinar jajja pero debes hacerlo al instante no esperar un montón.
    Cuidate!

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    1. ¡Habla! Creo que yo iré a los almuerzos cada 5 o 10 años, para que sean más memorables :P

      El problema conmigo es que, si tomo luego de no haber tomado por varias horas (ya sea un vaso o tres), eso ya me hace ir al baño infinitas veces :( Pero sí estoy consciente de que debo ir a revisarme. Y lo haré...algún día.

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